Restituido/a

Guillermo Rodolfo Fernando Pérez Roisinblit

“Aún me faltan mis viejos y saber dónde están sus restos”
 Guillermo Rodolfo Fernando Pérez Roisinblit
Nombre del nieto/a

Guillermo Rodolfo Fernando Pérez Roisinblit

  • ADN: 1 de enero, 2004
  • Localización: 2 de junio, 2000

Guillermo Pérez Roisinblit nació el 15 de noviembre de 1978 durante el cautiverio de su madre, Patricia Julia Roisinblit, en la ESMA. La joven fue secuestrada junto con su primera hija, Mariana Eva, en su domicilio de la ciudad de Buenos Aires. Estaba embarazada de ocho meses. Ese mismo día fue desaparecido José en la localidad de Martínez, provincia de Buenos Aires. Mariana fue entregada a su familia paterna por personas que se identificaron como personal de Coordinación Federal. Por sobrevivientes, se supo que Patricia fue trasladada a la ESMA pocos días antes de tener familia. Allí pudo relatar que habían sido secuestrados por personal de la Fuerza Aérea y que permanecieron detenidos en una casa en la zona oeste del Gran Buenos Aires, años después identificada como la Regional de Inteligencia de Buenos Aires (RIBA). La joven dio a luz un varón al que llamó Rodolfo Fernando. El parto fue asistido por el obstetra del Hospital Naval, Jorge Luis Magnacco.

La familia de Guillermo Rodolfo Fernando Pérez Roisinblit

Patricia Julia Roisinblit
Madre

Patricia Julia Roisinblit

Desaparecida el 6 de octubre de 1978 en la ciudad de Buenos Aires. Embarazada de ocho meses.

José Manuel Pérez Rojo
Padre

José Manuel Pérez Rojo

Desaparecido el 6 de octubre de 1978 en la localidad de Martínez, zona norte del Gran Buenos Aires.

Rosa Tarlovsky De Roisinblit
Abuela materna

Rosa Tarlovsky De Roisinblit

Histórica referente de Abuelas de Plaza de Mayo. Presidenta honoraria de la institución. Pudo abrazar a su nieto.

Argentina Rojo De Pérez
Abuela paterna

Argentina Rojo De Pérez

Histórica integrante de Abuelas de Plaza de Mayo. Pudo abrazar a su nieto.

El 13 de abril de 2000 Abuelas de Plaza de Mayo recibió una denuncia anónima que afirmaba que el agente civil de la Fuerza Aérea, Francisco Gómez, y su esposa, Teodora Jofré, tenían un niño inscripto como hijo propio con una falsa partida de nacimiento firmada por el médico de esa fuerza, Pedro Alejandro Canela. Después de ser visitado por su hermana, el joven aceptó realizarse los análisis inmunogenéticos. El 2 de junio de 2000, la genetista Mary-Claire King informó los resultados del análisis de ADN mitocondrial que indicaban que el joven efectivamente era el hijo de Patricia y José. En 2004, el Banco Nacional de Datos Genéticos volvió a confirmar la filiación del joven con las familias Pérez Rojo y Roisinblit. Sus padres permanecen desaparecidos.

19786 de octubre

Desaparición de la madre

197815 de noviembre

Nacimiento del/a nieto/a

20002 de junio

Fecha de localización

68Número de caso resuelto

“Muchas veces abrazo a mi hijo con la misma intensidad con la que me hubiera gustado que me abrace mi papá”
Guillermo Pérez Roisinblit

El sonido de la risa

Patricia nació el 8 de diciembre de 1952 en la ciudad de Buenos Aires. José el 10 de agosto de 1953 en la misma ciudad. La joven comenzó su militancia en el PRT y sus compañeros la llamaban "Ina". Luego de ese paso fugaz se incorporó a la columna oeste de la organización Montoneros, en el área de Sanidad, donde la conocían como "Mariana". José comenzó a militar en la Juventud Peronista (JP), luego en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), y más tarde se incorporó a la columna oeste de la organización Montoneros. Sus compañeros lo llamaban "Aníbal" o "Matías". El 28 de junio de 1977 nació su hija Mariana Eva.

Guillermo, entre tanto, fue criado como hijo único por sus apropiadores, que en medio de su infancia terminaron divorciándose. “Gómez era una persona extremadamente violenta”, recuerda. Según él, lo más difícil fue enterarse que su madre fue mantenida prisionera por el mismo hombre al que creció llamando “papá”. “Me lo confesó y también me dijo que cuando no había guardias los fines de semana, les daba un poco de comida extra, como si lo que hiciera fuera algo extraordinario”.

Miembro de la comisión directiva de Abuelas, hoy Guillermo es uno de los nietos más activos de la institución. Sabe, porque se lo han contado, que el sonido de su risa es idéntico al de su papá. “Así que suelo decir que cada vez que me río, mi papá se ríe conmigo”, dice con ternura. 

Nacida en Moisés Ville, provincia de Santa Fe, el 15 de agosto de 1919, hija de colonos judíos, Rosita conoció desde niña el valor de la memoria: “Todas las noches después de cenar charlaba con mis padres a la luz de la lámpara de querosene y nos contaban a mis hermanas y a mí por qué tuvieron que venir de Europa a la Argentina escapando de los pogroms zaristas. Eso me quedó muy grabado”. Se recibió de obstetra en la Universidad Nacional del Litoral y fue Partera Jefa de la Maternidad Escuela de Obstetricia de Rosario. En 1949 se mudó a Buenos Aires y en 1951 se casó con Benjamín Roisinblit. Al año siguiente, tuvieron a su hija, Patricia Julia. El terrorismo de Estado cambió su vida por completo. Apenas se llevaron a su hija y a su yerno, se integró a las Abuelas. Cuando encontró a su nieto, siguió trabajando todos los días en la institución: “No estaba acá solamente para buscarlo a él, sino a todos los que faltan”, dijo.
Abuela materna

Rosa Tarlovsky de Roisinblit

Nacida en Moisés Ville, provincia de Santa Fe, el 15 de agosto de 1919, hija de colonos judíos, Rosita conoció desde niña el valor de la memoria: “Todas las noches después de cenar charlaba con mis padres a la luz de la lámpara de querosene y nos contaban a mis hermanas y a mí por qué tuvieron que venir de Europa a la Argentina escapando de los pogroms zaristas. Eso me quedó muy grabado”. Se recibió de obstetra en la Universidad Nacional del Litoral y fue Partera Jefa de la Maternidad Escuela de Obstetricia de Rosario. En 1949 se mudó a Buenos Aires y en 1951 se casó con Benjamín Roisinblit. Al año siguiente, tuvieron a su hija, Patricia Julia. El terrorismo de Estado cambió su vida por completo. Apenas se llevaron a su hija y a su yerno, se integró a las Abuelas. Cuando encontró a su nieto, siguió trabajando todos los días en la institución: “No estaba acá solamente para buscarlo a él, sino a todos los que faltan”, dijo.
Conocer abuela
Nacida el 19 de julio de 1923 en General Cabrera, provincia de Córdoba, hija de un jornalero y huérfana de madre desde muy niña, debió dejar la escuela a los 10 años para empezar a trabajar. De joven se mudó a Buenos Aires, donde conoció a José Manuel Pérez, con quien se casó en 1952. Tras el secuestro de su único hijo y su nuera, Argentina se debió encargar de la crianza de Mariana, su nieta mayor. Aún así, siempre estaba presente en las marchas y actos con las Abuelas de Plaza de Mayo. Ya viuda y con Mariana en la escuela secundaria, empezó a trabajar todos los días en la sede de la Asociación. Cocinera de oficio, agasajaba a sus compañeras con sus tartas, guisos y pastas. “Es bueno que la gente sepa lo que nos pasó y que no se olviden. A mí me gusta cuando vienen de los colegios o las Abuelas vamos para allá y los chicos preguntan, me pongo contenta. Yo quiero que no se olvide para que no ocurra nunca más”, decía.
Abuela paterna

Argentina Rojo de Pérez

Nacida el 19 de julio de 1923 en General Cabrera, provincia de Córdoba, hija de un jornalero y huérfana de madre desde muy niña, debió dejar la escuela a los 10 años para empezar a trabajar. De joven se mudó a Buenos Aires, donde conoció a José Manuel Pérez, con quien se casó en 1952. Tras el secuestro de su único hijo y su nuera, Argentina se debió encargar de la crianza de Mariana, su nieta mayor. Aún así, siempre estaba presente en las marchas y actos con las Abuelas de Plaza de Mayo. Ya viuda y con Mariana en la escuela secundaria, empezó a trabajar todos los días en la sede de la Asociación. Cocinera de oficio, agasajaba a sus compañeras con sus tartas, guisos y pastas. “Es bueno que la gente sepa lo que nos pasó y que no se olviden. A mí me gusta cuando vienen de los colegios o las Abuelas vamos para allá y los chicos preguntan, me pongo contenta. Yo quiero que no se olvide para que no ocurra nunca más”, decía.
Conocer abuela

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