No nacidx

Carpintero - Gatti Casal

"Tenían una pasión casi virginal por la justicia, eran seres tiernos"
Carpintero - Gatti Casal

El embarazo no llegó a término

    El embarazo de Adriana Gatti Casal no llegó a término. Su esposo, Ricardo Carpintero, fue secuestrado el 25 de marzo de 1977 en su domicilio de la ciudad de Buenos Aires. Permaneció detenido en la ESMA. El 8 de abril de 1977, fuerzas conjuntas realizaron un operativo en el domicilio que Adriana compartía con otros compañeros. La joven fue gravemente herida y trasladada al Hospital Alvear donde dos horas después falleció. Estaba embarazada de siete meses. Su cuerpo fue identificado en 1983, había sido enterrada como NN el 17 de mayo de 1977 en el Cementerio de la Chacarita. La joven fue asesinada con siete meses de gestación.

    La familia Carpintero - Gatti Casal

    Adriana Gatti Casal
    Madre

    Adriana Gatti Casal

    Asesinada el 8 de abril de 1977 en la ciudad de Buenos Aires. Embarazada de siete meses.

    Ricardo Carpintero
    Padre

    Ricardo Carpintero

    Desaparecido el 25 de marzo de 1977 en la ciudad de Buenos Aires.

    Adriana nació el 22 de agosto de 1959 en Montevideo, Uruguay. Ricardo el 28 de noviembre de 1958 en la ciudad de Buenos Aires. Ambos militaron en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y en la organización Montoneros. El padre de Adriana, Gerardo Gatti, era un reconocido dirigente sindicalista uruguayo y también fue desaparecido en la Argentina el 9 de junio de 1976. Se habían mudado en 1973. La madre y hermanas de Adriana se fueron a Francia como refugiadas, pero ella se quedó para estar con Ricardo.

    19778 de abril

    Fecha de identificación

    12Número de caso resuelto

    La última exiliada

    “La Colorada”, así la llamaban a Adriana, cayó con otros dos militantes de la UES. Tras la desaparición de su padre, diez meses antes, le escribió varias cartas a su madre que por entonces ya estaba en España. "Estoy deseando tener al nene en brazos", le escribió en la última, fechada tres días antes de su asesinato. Una vez identificados sus restos, en 1983, su madre los llevó a Madrid y allí le dieron sepultura en el Cementerio de la Almudena. A la ceremonia acudieron más de 1.500 personas, circunstancia que motivó una sentida crónica del escritor uruguayo Mario Benedetti –que también asistió– titulada “La última exiliada”. El compañero de Adriana, Ricardo, “el Coya”, sigue desaparecido.

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