4 de septiembre de 2023
Sonia Torres llegó a los 94 años rodeada de afectos y con el objetivo intacto de encontrar a su nieto, nacido durante el cautiverio de su hija Silvina.
La referente de Abuelas de Plaza de Mayo de Córdoba, Sonia Torres, cumplió 94 años. Es una de las pocas Abuelas con vida que aún no ha encontrado a su nieto. Lleva 47 años buscándolo junto a los 300 que faltan.
Sonia Torres o “Choni”, como sus seres queridos la llaman, nació un 2 de septiembre de 1929 en un pueblo, hoy ciudad, Villa Dolores. Tuvo una niñez y una adolescencia hermosas. Estudió baile y música. Siempre cuenta que su papá era el odontólogo del pueblo, que era una persona muy amable y que todas las mañanas ella le pedía 5 centavos para comprar caramelos antes de ir al colegio.
Al terminar la secundaria se mudó a Rosario para estudiar Farmacia. Allí conoció a Enrique Parodi, el padre de sus tres hijos, Luis, Silvina y Giselle. Finalizó la carrera en su provincia para que el título se lo dieran en la Universidad Nacional de Córdoba. Fue la primera mujer universitaria de su familia.
El 26 de marzo de 1976 Silvina Parodi, su hija del medio, fue secuestrada junto con su compañero, Daniel Orozco, en su casa del barrio de Alta Córdoba. Para ese momento, la pancita de Silvina, con seis meses de embarazo, era notoria. Ese bebé era el primer nieto que iba a tener Sonia y lo esperaba con todo el corazón.
Cuando se enteró que habían secuestrado a su hija embarazada y a su yerno comenzó una búsqueda incansable. Ella y su familia saben que ese bebé, hoy de 47 años, es un varón y que nació el 14 de junio de 1976 en la Maternidad Provincial de Córdoba.
Durante esos dos años buscó con su familia, en 1978 decidió unirse a la búsqueda colectiva de Abuelas. Actualmente, está rodeada de hombres y mujeres de la edad que tendría su nieto, y también de jóvenes, y esto la mantiene con espíritu alegre y una mentalidad moderna. En el último tiempo, siempre ha participado de las marchas en reclamo por la ampliación de derechos para las mujeres y para las personas LGBTQI+.
Todos los días Sonia se hace presente en Rivadavia 77, la sede de Abuelas Córdoba, buscando a su nieto y a los 300 que faltan. En este momento se encuentra trabajando en la digitalización de más de 15 carpetas que hizo durante los dos años de pandemia, que reconstruyen la historia de su búsqueda y de la filial de Córdoba. Aunque la esperanza de contarle ella misma la historia de su madre y su padre sigue intacta, sabe que el tiempo pasa y que los años se siguen sumando, es por eso que está preparando con mucho amor, en formato digital y papel, estas carpetas que recorren todos estos años de búsqueda para que su nieto sepa que todos los días, desde aquel 26 de marzo de 1976, lo busca, como dice ella, “teniendo tatuada en el corazón la esperanza”.
Al frente del local hay unos banquitos y ella siempre, en su momento de descanso se sienta ahí, al solcito, esperando, buscando, tratando de encontrar similitudes con las personas que caminan por la calle, con la esperanza de que alguna vez su nieto se anime a tocar el timbre de Abuelas.
Fuente: Abuelas
Autor/a: Abuelas
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